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CLARA STERN, BANDONEONISTA
CIUDAD DE MÉXICO
Es casi un sinsentido preguntarle a Clara Stern cómo sería su vida sin el tango. Clara forma parte del selecto grupo de músicos que tocan el bandoneón en México, y es la primera mujer del país que domina este instrumento, aunque ella prefiere que se destaque su valor musical en lugar de su género.
Su carrera profesional en el mundo de la edición y la traducción no ha tenido más remedio que ceder terreno ante el avance de su carrera musical, que ahora ocupa 100 por ciento de su tiempo: es integrante de la Orquesta Mexicana de Tango (OMT), junto con el guitarrista César Lara que integra el dúo La Bandarra (con el cual dio 19 conciertos en el 2016) y en junio próximo se presentará por primera vez como solista en un concierto con la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional que será transmitido en vivo por Canal 11.
Los detalles de cómo llegó al tango y al bandoneón los cuenta ella misma en el libro autobiográfico Esa caja que respira, notas de una bandoneonista que publicó en el 2016 con el apoyo de la Asociación Mexicana Tango para Todos.
El primer acercamiento de Clara al tango ocurrió cuando tenía 15 años y acudió a un concierto en el Centro Cultural Universitario donde César Olguín, actual director de la OMT, interpretaba a Astor Piazzolla en el bandoneón.
¨Me impactó cómo es físicamente el bandoneón, su presencia escénica. Era el género [musical], el sonido, y esa cosa visual del fuelle rojo. Era un sonido muy único”.
Clara ingresó a los cuatro años al Centro de Investigación y Estudios Musicales (CIEM), por lo que creció cantando y tocando la jarana, las percusiones, el piano y el arpa jarochas. Aunque fue en el tango donde encontró su voz y un reflejo de sí misma.
¨Nada me había hecho clic del todo, me encantaba Bach, pero no sé si habría encontrado mi voz [en otro género]; pero en el tango sí hay algo que se vincula a lo que sientes, me dio una salida a lo que pueda tener de talento¨.
Le cautivó la intensidad del tango, y el hecho que este género tuviera un lado rítmico y a la vez dramático que se despliega a través de sus letras agresivas, todo esto combinado con un aspecto melódico, lo que en conjunto, en su opinión, es un reflejo de lo que un individuo puede ser o sentir. Ya en su adolescencia Clara prefería escuchar casi obsesivamente a Piazzolla a diferencia de lo que sus amigos oían comúnmente.
¨La gente a mi alrededor escuchaba rock en español. En México oír tango era más bien exótico. Si venían mis amigas a la casa estaban como ‘a ver a qué hora le cambia’. Pero Clara se mantuvo fiel a su gusto por este género, que ha terminado por marcar la dirección a su vida.
A los 16 años tomó su primera clase de bandoneón, y más tarde emprendió su primera gran aventura al irse a Buenos Aires para proseguir sus estudios por tres meses.
¨El primer viaje que hice sola en mi vida fue a Argentina a los 19 años. Dije, ‘necesito un bandoneón, no sé de dónde lo voy a conseguir, pero ahí voy’. El tango me ha dado mucho valor para crearme un camino aunque no vea la ruta”.

Clara Stern en una imagen tomada por Pablo Chemor
El camino de Clara en el tango también incluye la exploración del baile. El encanto de las milongas la sedujo durante los cuatro años que estudió Letras Inglesas en Inglaterra. Al llegar a ese país contactó a un grupo de milongueros, quienes recibieron con sorpresa y gusto a la chica que sabía tocar el bandoneón. Por esa época Clara solía hacer trayectos de tres horas en carro para llegar a Londres, bailar tres horas, y manejar otras tres horas a la ciudad donde realizaba sus estudios.
De regreso en México redujo su asistencia a la milonga para concentrarse de nuevo en el bandoneón. En el 2016 comenzó a enseñar a otros a tocar este instrumento, aunque por cuestiones de agenda se vio obligada a suspender las clases.
Calcula que cerca de 15 personas están aprendiendo a tocar el bandoneón en México con maestros como César Olguín, Raúl Vizzi y Víctor Madariaga. También hay personas del interior del país que han mostrado interés por aprender, aunque por ahora todos los maestros se encuentran en la Ciudad de México.
Son pocos los aprendices de bandoneón en el país, pero a la vez son más de los que había cuando Clara se acercó a este instrumento. En su opinión, para formar músicos realmente especializados en este género —no solo en el bandoneón— será necesario crear una escuela de tango en México.

Clara Stern en una imagen de Jesús Cornejo
¿Qué planes tiene Clara a futuro? Se encuentra estudiando armonía con la intensión de hacer arreglos y comenzar a componer a mediano plazo. Además, en marzo próximo planea audicionar para ingresar a la Orquesta Escuela de Tango Emilio Balcarce de Buenos Aires. La escuela funge como un espacio en el que los jóvenes aprenden directamente de los músicos de la vieja guardia. De ser aceptada, Clara estudiaría dos años en ella.
Cuando se le pregunta a Clara cómo sería su vida sin el tango responde optimista: “Seguramente habría encontrado otro camino en la música, quizá sería una gran literata¨.
Al otro lado del teléfono se percibe que no ha dejado de sonreír cuando reconoce que probablemente también sería muy triste.





Esta entrada forma parte de una serie de entrevistas con milongueros y tangueros de diversas ciudades para conocer la historia de cómo llegaron al tango y cómo este ha enriquecido su vida.